Fotografías: Ana Ortiz
Después de viajar a la conferencia de la APAP en enero 2006, volvimos para continuar la temporada en la cafetería. Llevábamos cuatro meses de temporada y cada vez más gente llegaba a ver la obra, no sólo a tomarse el café. Es muy interesante cómo el público reacciona ante un espectáculo que es muy diferente a la concepción general acerca del teatro de títeres. En general recibí excelentes comentarios y muchas preguntas acerca de la combinación poesía-actuación-música-teatro de juguete. Creo que ha sido una experiencia en extremo enriquecedora para mí como actor y titiritero. La cercanía con el público, la ilusión que consiguen crear dos o tres mecanismos muy ingeniosos hechos por Pablo Cueto, la musicalidad de las diferentes poesías, la estridencia de la música de Revueltas... sólo pequeñas partes de la enorme cantidad de razones que hacen, para mí, tan disfrutable este montaje.
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